Sunday, October 25, 2009

El señor Jorna

El lunes fui con mi amigo Humberto, que vive temporalmente en los Estados Unidos, al centro de Amsterdam, al barrio donde él y yo hemos vivido. Íbamos a tomar desayuno en la cafetería "De Passant" (El Paseante) donde cada mañana viene a desayunar señor Jorna, un hombre siempre impecable en traje, un puro entre sus dedos, un verdadero caballero, que sigue vendiendo lápices a pesar de tener más de 80 años. Su tienda es su vida. En el coche Humberto y yo hablábamos sobre nuestra última visita al Paseante, hace un par de meses, y nuestra conversación con Sr. Jorna. Nos preguntábamos si él estuviera, como de costumbre, en la cafetería.

Llegábamos al lugar, "De Passant" estaba cerrada ("cerrada hoy, mañana abierta" decía un papel) y descubrimos que la ventana de la tienda al lado, de nuestro amigo Jorna, era tapada con papel de color gris amarillo. Iba a parar? Por qué? Temíamos que algo serio hubiera pasado...

Fuimos al tabacos de en frente donde la patrona nos contó que el señor Jorna había muerto en su tienda, en su asiento, durmiendo. Había pasado por la tarde, hace un par de semanas.

Humberto ya está de vuelta en su casa en los Estados Unidos y me mandó un par de fotos que el había sacado del señor Jorna el año pasado, en su tienda.

Cuando yo vivía todavía cerca de la tienda del señor Jorna, iba muy a menudo a visitarle para que él me sacara fotocopias en su grande máquina fotocopiadora. Siempre charlábamos sobre algo de la vida. Señor Jorna tenía una sonrisa irónica, suave. Me da pena su ausencia.

8 Comments:

Blogger Olvido said...

Hace poco compré sesenta lápices todos por 1 euro en un mercadillo alemán. Son preciosos, muy finitos, rayados en azul, naranja o rojo, con una pequeña goma (que solo sirve para emborronar) se gastan rápido y eso me gusta porque se quedan en las palabras. He pensado a menudo de dónde vendrían esos lápices, ahora ya se me antoja saber de donde. Una preciosa historia Giovanni y una muerte muy digna.
Un beso

7:47 AM  
Blogger Luna said...

Un lindo homenaje al señor Jorna.
Un abrazo

10:37 AM  
Blogger silvia zappia said...

Delicioso relato, conmovedor homenaje al Sr Jorna.

Un beso!

2:10 PM  
Blogger alba said...

Qué lindo lo que cuentas, Giovanni, y cómo lo cuentas. Veo su tienda y hasta la huelo. Si algo me gusta de sacarle punta a los lápices es el olor que desprenden. :) El Señor Jorna seguro que sabía mucho de esto, seguro que los difereciaba por texturas, por aromas...

Un dulce beso.

8:24 AM  
Blogger Jenn Díaz said...

Es una pena que justo ahora que conocemos esta vida, haya desaparecido. Pero es mejor haber conocido la sonrisa irónica del señor Jorna, de una vida llena de lápices y fotocopias, que no haberlo hecho.
Un beso, G.

12:28 PM  
Blogger hippie pirata said...

Las personas, como las cosas, se van, desaparecen... pero llegan otras. A esto le llaman vida.
Sin la muerte no existiría la vida.
Hay quien dice que eso es el típico Yin y Yan. Pero no. Yo pienso que lo tenemos mal definido, que nuestro idioma, al ser el transmisor de nuestro pensamiento, se confunde a causa de los miedos, y que la muerte es parte de la vida.
Hoy hablaba de los miedo o, mejor, los temores, en el Hábitat del Unicornio.

Un abrazo.

2:59 PM  
Blogger Nuareg said...

Repito el comentario, pues se borró.

Como te decía, me ha emocionado tanto el post, que estaba deseando visitar la tienda de este buen señor, incluso ahora que nos ha dejado. No sé si será posible (confieso que soy un enamoradode los artículos de oficina).

Saludos

10:47 AM  
Blogger giovanni said...

Amigas, amigos, ustedes han enriquecido mi relato con sus palabras, gracias! De alguna manera el homenaje no solo está al señor Jorna sino a personas y dueños de tiendas que apreciamos por algo. Así lo siento yo.

Abrazos y besos

4:49 AM  

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