Wednesday, May 31, 2006

Otro viaje a Milano

"Habría pensado a mi primer viaje a Milano, a los diez años..."
¿
Qué más puedo decir? Que mi madre está mirando al mapa, junto con mi tío. Que una de mis hermanas está asentada al lado de mí. Que es la hermana que no veo nunca. Que la mujer detrás de mí está diciendo algo a su marido. Que mi hermana tiene zapatos elegantes. Que tengo un reloj regalado por un otro tío. Que ese otro tío estuvo casado con la tía de quien puso una vez un dibujo hecho por un otro tío. Que ese otro tío, el primero, había recibido el reloj como regalo de un iraní. Que tengo un amigo iraní que hasta hace dos semanas vivía como "ilegal" en Holanda. Que Holanda era un país muy acogedor para refugiados. Que la señora de avanzada edad a la izquierda lleva una falda poco elegante. Y ¿qué mas?

Thursday, May 25, 2006

Un viaje a Milano (8)

Y así llegó el día en que los seis camiones holandeses con su carga de cobre chileno volvieron a Holanda. Hasta la frontera francesa acompañábamos al convoyo en autos particulares y con un bus lleno de italianos y chilenos. El bus llevaba la bandera chilena y, creo, pero no estoy seguro, también la bandera de un sindicato italiano.

Yo estaba en el bus, el ambiente era alegre, como alumnos de escuela que salen en un paseo de varios días... sin maestros, porque éramos nosotros los maestros...

Hasta llegar a la frontera francesa... ¿Donde estaban los franceses del sindicato que habían acordado de acompañar los camiones en su camino por Francia? No estaban...

Fui a hablar con los camioneros, les pregunté si pudiera viajar con ellos... Dijeron que sí, que era posible. Me encontraron simpático, creo.

El viaje por Francia, de noche, me hizo recordar otras noches en que viajaba en camión a través de Francia, a dedo, rumbo a España... En ese entonces hablaba poco español... "Quiero un pan, un par de tomates y un medio kilo de melocotones, por favor..."

El día siguiente llegábamos a la frontera bélgica, el chofer buscó la radio holandesa para escuchar las noticias... Dijo el hombre de la radio que unas cientos personas, holandeses y chilenos, se habían reunido en un lugar de la frontera entre Holanda y Bélgica para esperar la llegada de los seis camiones con su carga de cobre chileno... El chofer no dijo nada, me miraba un rato no más, eso era todo. Se preguntó cómo era posible que esa gente supiera que nosotros íbamos a llegar por ese camino... Se paró y llamó por teléfono al patrón.

Cambiamos de ruta y pasamos en un lugar aislado la frontera. Nos reunimos, los choferes y yo, en un café donde nos espera el patrón de la compañía de transporte holandesa con que he hecho el viaje a Holanda. Fuma un cigarro y es contento que ha logrado evitar la multitud de personas esperando la llegada de los seis camiones, en presencia de la televisión holandesa. Me dice que me traerá a una estación de trenes.

El último tramo viajo en tren. No veo el paisaje, pienso al viaje en camión por la noche y las llamadas telefónicas a mi mamá cada vez cuando nos parábamos en un café routier. Una vez el chofer me dijo que debiera amar mucho a mi mamá que la llamara cada rato. Era mi mamá que había dado la información sobre nuestro itinerario y la hora esperada de nuestra llegada a la frontera holandesa. Y pienso al chofer, que no me preguntó nada. ¿Sabía que yo trabajaba para el comité de solidaridad con Chile? Nos habíamos despedido mirándonos en los ojos un solo momento. Veía simpatía en sus ojos.

Un viaje a Milano (7)

Il Consiglio di fabbrica de Vabco Trafili se reune. Habla la chilena sobre lo que esta pasando en su país, el país donde guardo memorias, amistades y emociones.

En la entrada de la fábrica dije que era un delegado de la federación sindical de Holanda. Mis amigos italianos dijeron que tuve que presentarme así para poder entrar. Me dió risa.

Il Consiglio se solidariza con el pueblo chileno y decide que no quiere "il rame del regime fascista cileno".

En la noche hablo con mi mamá. Me cuenta que en los diarios y la radio holandesa salen noticias sobre nuestra acción en Milano. Ella está contenta.

Un viaje a Milano (6)


Los camioneros holandeses ya tienen harto de esperar tantos días en un lugar al margen de Milano donde no pasa nada y hay apenas un negocio para comprar cerveza. Pasan su tiempo charlando y esperando noticias de los italianos y tomando cerveza.

Me preguntan lo que pasa. Soy el enlace. No saben lo que hago "profesionalmente". Para ellos soy simplemente el chico que habla italiano y castellano... La verdad es que hablo muy mal italiano, pero no importa.

Un viaje a Milano (5)

Estamos en la oficina de la empresa de transporte milano Gottardo Ruffoni. Los seis camiones holandeses con su carga de cobre chileno están siempre "bloccato" en el terreno detrás de la oficina. Nuestro objetivo es que los camiones volviesen a través de Francia y Bélgica a Holanda. La idea es que la federación sindical francés se haga responsable por acompañar a los camiones en Francia, "nosotros" íbamos a hacer lo mismo en Italia.

Me sentía muy en casa en esta oficina italiana, con mis compañeros, ya tenía bastante experiencia con acciones de boicot económico en Holanda. La mujer en la foto es chilena, representante de la Central Única de Trabajadores. Ella es cordial, joven, segura de si misma. Parece que está tricotando, pero no es verdad. El chico al lado, que está hablando por teléfono, es alegre, joven, siempre con una risa. El otro es simpático, no dice mucho. Estamos arreglando que se reunirá el "consiglio di fabbrica" de la empresa que había pedido el cobre chileno. La empresa se llama Vabco Trafili.

Llamé a mi mamá que todo iba bien.

Wednesday, May 24, 2006

Un viaje a Milano (4)

La primera noche en Milano soñé de Chile, del campo donde había vivido y trabajado y gozado y hablado con la gente... Ellos nos habían dado de comer para el viaje en tren a Santiago... y pocos meses después me había enterado que dos de ellos habían sido matados... (Después supe que no eran dos sino cuatro de los cuarenta hombres.)

La segunda noche tuve que pensar a las conversaciones que había tenido durante el día con los obreros de Gottardo Ruffoni, con los chilenos de la Central Única de Trabajadores, con los sindicalistas italianos, con el cónsul holandés en Milano, con el Chile comité en Holanda, con mi mamá... ¿Qué pasaría en el día de mañana?

Esperaba que todo saliera bien...

Un viaje a Milano (3)

Una vez llegado en Milano, a la empresa de transporte Gottardo Ruffoni, me sorprendió la actitud luchadora de los obreros y empleados de la empresa italiana. Me pidieron de ayudarles en la realización de su objetivo: mandar de vuelta a los camiones holandeses con su carga de cobre al puerto de Rótterdam. Hablé también con los choferes holandeses. Me pidieron de ayudarles para que los italianos los soltaran y abriesen la barrera del terreno donde se encontraron sus camiones bloqueados ya varios días.

Decidí de ayudarles, a los dos...

Un viaje a Milano (2)

Si yo hubiera viajado en tren en vez del avión a Milano...

Habría visto huir los campos, las cortinas de árboles, las casas, los rincones, los recuerdo de otros tiempos... (Cesare Pavese, 14 de agosto 1942)

Habría pensado a mi primer viaje a Milano, a los diez años...

Habría querido continuar mi viaje al sur de Italia... tal vez

Habría oído el ritmo del tren... daque-daque-daque-daque... sin darme cuenta del correr del tiempo...

Un viaje a Milano (1)

Pasó hace 30 años. Una mañana me llamó mi colega del comité de solidaridad con Chile y me dijo que había recibido una llamada de la federación sindical de Holanda. Seis camiones holandeses no podían salir del terreno de una empresa de transporte en Milano. Uno de los choferes había llamado a su sindicato en Holanda diciendo que trabajadores de la empresa de transporte Gottardo Ruffoni estaban bloqueando la salida. Decían los trabajadores italianos que lo hicieron en un acto de solidaridad con familiares de desaparecidos en Chile. Los seis camiones tenían como carga cobre chileno, contó el chofer. Lo habían cargado en el puerto de Rótterdam y estuvieron al punto de entregarlo a una empresa en Milano cuando los italianos lo hicieron imposible.

El mismo día tomé el avión a Milano.

Sunday, May 21, 2006

L'infinito mare della fantasia

Para hacer posible la identificación del hostal, aquí una otra foto. Propongo que el hombre del post anterior tiene una cita con Fernando... o Fernandita... Sognare è navigare nell'infinito mare della fantasia.

Saturday, May 20, 2006

¿Qué hace el hombre?

Una calle de Sevilla, vista desde un hostal donde estuve alojado hace muchos años. ¿Quien sabe el nombre del hostal? ¿Qué iba a hacer ese hombre?

Wednesday, May 17, 2006

Il mare è il mio amante

La hortensia florece y leo que Monica Vitti dice en una entrevista:
Maria Grazia Recanati: Quando ha cominciato Monica Vitti a sentirsi veramente libera? In cosa consiste la sua libertà?
Monica Vitti: Mi sono sentita veramente libera quando ho scritto il mio primo libro, "Sette sottane": scrivere è una grande libertà, qualche volta una rivoluzione, nella scelta della vita, degli amici, che ti permettono di cambiare.
M. G. R.: Lei ha scritto: "Faccio l¹attrice per non morire", e "Quando a 14 anni e mezzo avevo quasi deciso di smettere di vivere, ho capito che potevo farcela, a continuare, solo fingendo di essere un¹altra, facendo ridere il più possibile". Si può dire che l¹arte ha salvato Monica Vitti dalla disperazione?
Monica Vitti: Non era proprio una disperazione, ma la necessità di un cambiamento profondo.

M. G. R.: Lei parla spesso del mare. Qual è il suo rapporto con la natura?
Monica Vitti: Con il mare ho un rapporto travolgente, quando lo vedo muoversi, impazzire, calmarsi, cambiare colore, rotta, è il mio amante.

Monday, May 15, 2006

Blanco y negro (3)

Hace muchos años estuve un par de semanas con mi compañera en Las Negras, un lugar al norte de Almería. Tiene un paisaje fascinante, por lo seco, lo duro, las rocas, los restos de sistemas de riego de los árabes, las pocas personas presentes.

Las fotos en blanco y negro que sacábamos durante nuestra estancia en Las Negras me impactan más que las de color que acabo de ver en internet.

Cosa similar me pasa con las películas en blanco y negro, me impactan más. Tengo un amigo que estrena películas clásicas en una sala pequeña en su propia casa, construida por él. Dentro de poco voy a ver La notte de Michelangelo Antonioni.

Dice la invitación: La Notte has little plot to speak of. Antonioni follows Lidia (Jeanne Moreau) and her husband, Giovanni (Marcello Mastroianni), through the course of one night, as they wander the streets of Milan, visit clubs, attend parties, and, finally, confront the cold apathy that has developed between them. ... Giovanni's attraction to Valentina (Monica Vitti) is mostly physical — he stares at her like he does the black dancers who perform for him in a club — though he, the shrewd intellect, would surely deny the accusation.

Me gusta ver la cara de Jeanne Moreau, sus ojos, su boca, y la de Monica Vitti, su mirada, y la de Marcello, su sutilidad, sobre todo en blanco y negro. ¿Será porque el blanco y negro da más para fantasear? ¿Es más abstracto, más amplio?

La foto de mi hija del post anterior tiene también un poco esto: atmósfera de fotografía en blanco y negro.

(Parece que puse dos posts anteriores sobre "blanco y negro". Uno me acuerdo, era una foto tomada de mí en la puerta de la casita alquilada en Las Negras, tocando la guitarra. Las guitarras me gustan más en color.)

Saturday, May 13, 2006

Hijas

Mi figlia estudia en Sevilla y me mandó esta fotografía. Igual como a mí y mi mujer, a ella le encanta el mundo mediterráneo.

¿Es algo genético? ¿Un traspaso de deseos?

Cuando mi mamá, hija de mi nonna italiana (ve el post anterior), murió, mi hija tenía un año. Qué lastima que ellas no se han conocido más años.

Con tutto il mio cuore

Un año después de la muerte de su papá, teniendo ocho años y todavía viviendo con su mamá y cuatro hermanos en una piazza en Nápoles, mi nonna italiana escribió en papel adornado la siguiente carta a su mamá:

Carissima Mamma,

Ecco finalmente il giorno che io tanto desidero perchè in tale occasione ti voglio fare molti auguri con tutto il cuore.
Ti prometto fin d'ora di essere sempre molto buono, studiar meglio, e non farti mai più dispiacere, perchè sei tanto buona per me.
Ma credi pure che io non te lo prometto con la bocca, ma con tutto il mio cuore.
Ed ora accetta molti baci, tua affezionatissima figlia.

La carta data del 30 de marzo 1902.

Wednesday, May 10, 2006

Utopía como realidad

La utopía es escuchar el canto del ruiseñor.
La utopía es caminar entre el perfume del Anthriscus silvestris.
La utopía es saludar a tu vecina radiante.
La utopía es ver el brillo del sol en el río.
La utopía es ver la salida del barco al mar.
La utopía es entrar en tu casa y ver a tu mujer en falda de verano.
La utopía es saborear el café recién hecho en cafetera Bialetti Venus 4.

Toda esa utopía se hizo realidad la hora pasada.

Lo único que falta es saludar a mi hijo... Todavía duerme después de una noche intensa de estudios. Estudia física, pero su mirada va más allá de la materia, como ya se podía ver cuando era niño. Dentro de poco cumplirá 19 años, la edad que tenía yo cuando iba a vivir con la compañera que dio a luz a él.

Soñar

La-de-Marbella dedica un post a Noa sobre el mar que Noa echa de menos, Pau dice que la próxima vez llevará a mi hija al lugar más encantador de la vieja Barcelona nocturna, Bohemia me cuenta que hace poco vino de Barcelona, Nube de colores escribe que love is in the air, Juan Cosaco dice que sigue recolectando pedazos de la historia reciente de su tierra, como si estuviera reparando poco a poco, un gran espejo, roto en miles de trocitos, Reflejos me dice que debe ser delicioso vivir algunos días en una casa flotante, Seleka piensa a un beso robado, Juliano, mi fiel lector brasileño, me cuenta que en Brasil es otoño, muy lindo, "las hojas de los plátanos colorindo los campos...", Zuriñe escribe sobre las protestas en Francia, Melytta nos invita a leer un libro y avisa que hay que pasar sus hojas despacito, "muy despacito", Hannah me da un besito apresurado, Clo, quien me ha enseñado cómo hacer los enlaces, cita a su hijo diciendo "au revoir, voiture", y yo, caminando en bicicleta en pleno sol y pantalón cortito ("y un solo tirador", Silvana!) a mi oficina, pensaba a todos ustedes...

Y pensando a mi hijo, hice ese versito:

Oh, mi pequeño dios inocente
¿de qué estabas pensando?

Oh, mi querido hijo adolescente
¿ya no te atrevas a soñar?

Sunday, May 07, 2006

Volver al optimismo

El último post es tan triste que no quiero tenerlo como post que abre mi blog. Prefiero volver a la luz mediterránea, al optimismo, a una reflexión sobre las cosas que quiero hacer y ésta imagen me ayuda.

La vita è bella.

Mi hija está de paseo en Barcelona, con dos amigas, y me acaba de llamar. Goza enormemente. Se fueron a bailar en "La Paloma". Pienso a Mercè Rodoreda y tengo ganas de leer otra vez Mirall trencat. Lo sé, no es un libro optimista.

Bajo la lámpara

Busqué la foto de Isabel en el barco, sentada en la mesa bajo la lámpara. Horas y horas estábamos hablando sobre su vida con Orlando. No pude encontrar la foto de Isabel, pero ésta foto muestra bien la atmósfera de nuestra conversación larga en esa tarde que se convirtió en noche sin que nos diésemos cuenta.

Conocí a Orlando en 1976. Lo involucré en nuestras actividades de solidaridad con el pueblo chileno, en acciones de boicot económico contra la dictadura. Tuvimos éxito: el inversionista extranjero más grande de ese momento se retiró de Chile.

El régimen chileno le quitó la nacionalidad chilena a Orlando por sus declaraciones públicas a favor de nuestras acciones de boicot. La agencia de prensa holandesa me llamó el 10 de septiembre 1976 para pedir mi comentario. Dije que me dió orgullo que habíamos logrado un efecto tan grande.

Once días después la policía secreta de Pinochet mató a Orlando en pleno centro de Washington, con una bomba debajo de su coche. Me dió mucha pena y mucha rábia.

Saturday, May 06, 2006

Utopista, soñadora y optimista

Me quedo un rato más en el barco donde viví con mi compañera entre los años 1974 y 1985. Mucha gente vino a visitarnos en el barco, sea por amistad o sea por razones de trabajo, o sea por ambos motivos al mismo tiempo como solía pasar en nuestra vida de aquel entonces. Teníamos poca separación entre vida política (de trabajo) y vida personal.

Recuerdo la visita de Agnès Varda con las dos actrices de la película L'une chante, l'autre pas. Muy simpáticas las tres y nada arrogantes. Les gustó estar en el barco y charlar. Mi compañera las entrevistó. Vino un fotógrafo (David van Dijk) quien sugirió de sacar la foto encima del techo de nuestro barco. Aquí ves a las tres, Thérèse Liotard, Agnès Varda y Valérie Mairesse. Se ve muy bien cuán ancho es el río.

En un website argentino encontré la siguiente información: L’une chante, l’autre pas es un film a imagen y semejanza de Agnès Varda, una artista nacida en 1928 en Bruselas, considerada precursora de la Nouvelle Vague por su innovador corto La Pointe Courte (1954). Varda, que ya había hecho films tan impactantes como Cléo de 5 a 7 (1961) y La felicidad (1965), volcó de manera casi torrencial en L’une chante... su ideario político, sus sueños humanistas, su empatía respecto de las mujeres. La guionista y directora que tantas veces ha dicho que en materia de feminismo ella es “utopista, soñadora y optimista”, cuando no le alcanzaron las imágenes o las situaciones, puso canciones que le dan al film un sesgo de comedia musical. “Fue una decisión táctica”, ha dicho Varda, “los discursos no se escuchan, las enciclopedias no se leen, de manera que resolví cantar las ideas, los deseos, las emociones de estas mujeres”.

Tuesday, May 02, 2006

Estrella azur

La cabina del timón, o la caseta del timonel como lo dice el diccionario, tenía ventanas por todos lados. Hice una terraza delante de ella, mi compañera trajo flores, colgamos la cara comprada en la mediterránea en la pared y así tuvimos la perfecta combinación del norte y sur.

Ahora veo que el techo le faltó pintura. No tuve tiempo para hacer todas las labores necesarias de manutención.

Después de nuestra mudanza en 1985 del barco a la casa de madera que se encuentra en el norte de Amsterdam seguía visitando la ferretería, la gelatería y la peluquería del barrio del barco. Ahora mis visitas al peluquero, que no son tan frecuentes porque ya no tengo tanto pelo, son lo único que he mantenido. Hace poco le visité y vi una foto del barrio a la pared, tomada desde un avión, en los años ochenta. Se veía muy bien nuestro barco, y muy chico se veía también el bote a remas de colores azul, blanco y negro al lado de la timonera. No se podía ver el nombre del botecito, "Estrella azur".

Recuerdo al barco

Entre 1974 y 1985 vivíamos en un barco, en el río Amstel, bastante cerca del teatro Carré. Era un barco de cargo, une péniche, como dicen los franceses. Esta foto y la foto anterior fueron tomadas cuando volvimos del astillero. Cada cuatro años tuvimos que ir al astillero para limpiar el barco por debajo, repararlo y alquitranarlo. El astillero era un lugar de tiempos pasados, con gallinas, dos hermanos dueños de avanzada edad, digo yo como si yo fuera todavía tan joven como en aquellos tiempos pero no me extrañaría que estos dos hermanos tenían la misma edad que yo tengo ahora. El barco medía 26 con 5 metros, tenía una auténtica cabina de timón, muy bella, y yo solía tomar un café por la mañana, asentado en la puerta abierta al lado del río, mirando a la luz sobre el agua, al movimiento del agua, a los árboles al otro lado...
Sigo soñando de vez en cuando sobre el barco. Vuelvo en mis sueños al barco que ya no es mío y sin embargo me siento responsable por él. En general hay un problema, entra agua por ejemplo, o el barco está suelto y flota en el medio del río. Pero el recuerdo al barco surgió ayer no por un sueño sino porque estamos pintando la casa de madera donde vivimos ahora y este es un trabajo intenso, igual como lo era el trabajo de manutención del barco.

Monday, May 01, 2006

Ploc-ploc-ploc

Para intercalar el mundo mediterráneo con el mundo nórdico, para volver a los años 1974-85 en que el mundo era diferente pero la casa flotante exigió igual mano persevero de manutención y mano sensible de atención que la casa de madera de hoy, para recordar también las largas horas trabajando en quitar la corrosión, para recordar los viajes aventurosos por los canales con sus puentes que a veces se abrieron a tiempo y otras veces no, para no preocuparme un momento sobre el estilo raro en que escribo castellano y no citar a otro poema de Cesare Pavese aunque confieso que había buscado uno, en castellano por supuesto porque el italiano cuesta entender, y para poner otra foto en blanco y negro que me gusta, aquí la foto de nuestro barco, de nuestra casa flotante que, cuando la prestábamos a amigos exiliados latinoamericanos les gustó tanto por la sensación de libertad que se les daba... Siempre moviéndose un poco, la lámpara balanceando, siempre listo para salir al mar... en la imaginación. Pero hubiera sido posible, el motor andaba todavía... Era un motor diesel antiguo MWM, de fuerza de 36 caballos, ploc-ploc-ploc...