Wednesday, March 08, 2006

Un descubrimiento increíble

Mi bisnonno italiano murió a los 38 años y su única hija, mi nonna napoletana, tenía 6 años cuando murió su padre.

Dos años después de la muerte de su padre mi nonna napoletana emigró hacia Bélgica, a una ciudad donde se habla francés y de donde viene un escritor de quien he leído un montón de libros. Uno de sus libros que me encanta, de pocas páginas pero muy intensas, se llama "Lettre à ma mère", y está situada en la misma ciudad: Liège. Creo que ya he mencionado el libro una vez. El escritor se llama Georges Simenon y él escribió este libro después de la muerte de su mamá.

A los 19 años mi nonna napoletana se mudó otra vez, al centro de Holanda, a un pueblo bordeado a un lado por el río Rin y al otro por los bosques vastos donde he llevado mi juventud. Se casó con un holandés y poco tiempo después, cuando ella tenía 24 años, nació una niña preciosa con pelo de color castaño. Era mi madre.

Mi madre se casó en diciembre 1941, en plena guerra mundial, y un día antes de que ella tuviera su primera hija se murió su mamá. Se murió en un cuarto de la casa grande donde vivían sus padres y siete de sus ocho hijos y mi mamá estuvo en un otro cuarto de la casa grande esperando el nacimiento de su primer niño. Así es que mi mamá, que tuvo 25 años cuando murió su madre, no pudo estar presente en los funerales.

Yo nací cuando mi mamá tenía 31 años. Siete años más tarde murió mi papá. Yo tenía un año más que mi nonna napoletana cuando murió su papá.

Aquí ves a ella, con su padre y dos de sus hermanos.

Nunca conocí a mi nonna napoletana, pero mi mamá contó de tal manera sobre ella que estuvo muy presente en nuestra casa. Esta foto quedó en silencio hasta el día en que un tío mío fotógrafo descubrió la negativa de vidrio de esta foto y de otras y las sacó a la luz.

Durante muchos años, en realidad hasta hace unos ocho años, yo no tenía la menor idea de donde venía mi bisabuelo. Pensaba que vino de un pueblo en los alrededores de Napoli. Hasta el día en que nos visitó una amiga romana (de Roma) que llegó por primera vez en compañía de su marido. Habían vivido separados por muchos años.

En aquel entonces hablé muy poco italiano y el marido de nuestra amiga (pocos años después se separaron definitivamente) habló nada más que italiano. Le mostré las fotos recién reveladas de mi familia italiana (todas del fin del siglo XIX) y como después no sabía que contarle más, le mostré una copia del diploma de médico de mi bisabuelo italiano.

El diploma era un documento en que nunca me había fijado muy bien, sólo en su título bonito y el nombre de mi bisabuelo. Pero el ex-marido de nuestra amiga romana lo leyó con mucha atención y descifró algunas letras pequeñas males legibles. Así descubrió que mi bisabuelo nació en un pueblo que queda al lado del pueblo donde nació el bisabuelo de nuestra amiga romana. Los dos pueblos se encuentran en el sur de Italia, cerca de Sicilia. El bisabuelo de ella había hecho sus estudios en Napoli, igual como el mío.

Era increíble. Pero lo más increíble vino después. El ex-marido siguió leyendo el documento y descubrió que la madre de mi bisabuelo tenía el mismo apellido que el del bisabuelo de mi amiga romana. Ella se saltó de su asiento y abrazándome me dijo emocionada: "Mi primo!"

3 Comments:

Blogger gold said...

Il mondo è piccolo! Forse anche noi siamo parenti...Ciao Giovanni

p.s.Le tue foto sono bellissime

8:03 AM  
Anonymous Anonymous said...

Fantástico.
Es como si te tocase la lotería. Tu juegas a una lotería muy especial, juegas mucho y, por tanto, tienes más posibilidades de que te toque.
Te "veo" contento y eso me hace feliz, más de lo normal, es como si me hubiese tocado a mí.

Un abrazo,

2:08 PM  
Blogger la-de-marbella said...

Que cosas tiene la vida!!!!. Es bonito rastrear en tu pasado y descubrir tantas casualidades que te hacen feliz. La foto resulta tierna con el paso del tiempo, me gusto mucho. Saludos Marbellís

1:39 AM  

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