Monday, January 30, 2006

Marianne Levy-Davidsohn

Mi mente funciona como el juego de dominó. Ayer puse una foto de mí tomada en el jardín de un castillo en el norte de Italia donde estuve de visita con mi compañera y ahora pongo una de ella, en un otro viaje por Italia, también en el norte. Fuimos en bicicleta de Venezia a Firenze. Aquí estamos subiendo al Passo della Futa, hacia una altura de 1200 metros si no me equivoco, en bicicletas 'normales' holandesas. A mi compañera nunca le ha gustado subir cuestas y ya se ha bajado para caminar. Yo soy (¿o era?) el contrario: las veo como un desafío.

Ayer hablé de uno de los desafíos en mi trabajo: crear un ambiente en que la gente se expresa libremente, se siente en casa. La otra cara de la medalla es autocensura. Bueno, gracias a esa autocensura comencé el blog, primeramente como un ejercicio un poco solista y de poco a poco voy sintiendo el encanto del intercambio con ustedes (ya ven que aprendí a hablar castellano en América Latina).

Me doy cuenta que escribo un poco al lote y que anuncio muy a menudo que voy a escribir sobre algo y después no lo hago. Me doy también cuenta de que cometo errores, no, ésta vez no me refiero a las gramaticales y de estilo, bueno, cada uno tiene su estilo, y ya sé que tengo que 'vivir' con mi poca capacidad expresiva en castellano. No, ésta vez me refiero a errores como el de ayer cuando dije que Nouriel Roubini participó en un foro en Ginebra, mientras que fue en Davos. Él participó en un foro que se dice de prestigio, pero ¿qué es prestigio?, el World Economic Forum.

Interrumpí mi escribir un ratito para chequear si no estuviera equivocándome otra vez con esto de Ginebra y Davos y descubrí una cosa interesante: no tengo acceso al blog de Roubini por la siguiente razón: "You've tried to access RGE Monitor content that is restricted to RGE Monitor users." Es que Roubini empezó su blog como debe ser, gratis, y hace medio año lo ha limitado a gente que le paga una suscripción. No sé por qué miracolo logré entrar en su blog ayer.

Mi mente no solamente funciona como el dominó, sino salta de una cosa a otra. Bueno, podría decir que tengo una mente asociativa, que es verdad, pero... Sí, lo reconozco, tengo también una mente desordenada. Es que pasan tantas cosas por mi cabeza. Como, por ejemplo, la carta que esa chica judía le mandó a mi madre, desde Alemania, antes de la guerra, la segunda guerra mundial. El nombre de esa muchacha es Marianne Levy-Davidsohn, si descifro bien su escritura. Vivía en Knesebeckstrasse 48 pt, en Berlin. El timbre de la carta es de 25 centavos, muestra la cara de un hombre que no conozco, y dice simplemente "Deutsches Reich".

Me imagino que alguien en este mundo debe saber qué lo que le ha pasado a Marianne Levy-Davidsohn. ¿Cómo vivirá esa persona? ¿Qué pensará en este mismo momento?

1 Comments:

Blogger la-de-marbella said...

¿Te imaginas que encontraras a Marianne? Cuantas cosas de primera mano podría contarte de su epoca.
Me preguntabas en un post a proposito de una casita con dos escaleras:¿ por qué una escalera estaba más limpia que la otra? La razón es muy simple, la escalera limpia tiene dueño, la sucia esta abandonada. Saludos Marbellís y un placer visitarte.

5:18 AM  

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